La metodología de aprendizaje basada en la acción incide en
el desarrollo de destrezas y habilidades por parte de los alumnos.
¿Cómo se aprende más, con la teoría o con la práctica? Los contenidos teóricos son necesarios para avanzar en el aprendizaje de cualquier área de conocimiento, pero para lograr retenerlos y dotarlos de utilidad, es mejor experimentar con ellos. Esto, al menos, promulga la metodología pedagógica denominada "aprender haciendo" ("learning by doing"), que desecha técnicas didácticas como la memorización o la evaluación continua, en favor de otras que enseñen a los alumnos a "saber hacer".
"Lo que tenemos que aprender a hacer, lo aprendemos
haciendo". Esta cita, atribuida a Aristóteles, es la mejor muestra de que
la valoración del aprendizaje experimental sobre el puramente académico no es
una moda nueva o una tendencia pasajera, sino que pervive en el tiempo.
Con el paso de los
años, numerosos especialistas en educación han contribuido a reafirmar esta
sentencia del filósofo griego, entre ellos el pedagogo estadounidense Edgar
Dale. El "Cono del Aprendizaje", desarrollado por este reconocido
experto, representa una pirámide que explica cuáles son los métodos más y menos
efectivos para el aprendizaje. Según esta representación, en la cúspide, con
menor incidencia positiva, se ubican los métodos que implican una mayor
pasividad del alumno, como leer, ver u oír. Sin embargo, en la base se sitúan
los métodos más eficaces, que requieren mayor actividad por parte del aprendiz:
experiencia directa, simulaciones, dramatizaciones y demostraciones.
En la actualidad,
bajo la denominación "aprender a haciendo" ha surgido una metodología
pedagógica que aboga por implantar este tipo de aprendizaje experimental en los
sistemas educativos, sobre todo, en los más centrados en la adquisición de conocimientos
y la evaluación de los mismos, que en la valoración de las aptitudes prácticas
que adquieren los estudiantes con ellos.
Los errores de la educación
¿Cuántos alumnos
serían capaces de superar un examen del año anterior sin volver a estudiar? Con
esta sencilla pregunta, el profesor universitario estadounidense Roger Schank,
uno de los principales impulsores en la actualidad del método "aprender
haciendo", delata las insuficiencias de los sistemas de aprendizaje
habituales en las aulas. Schank, experto en inteligencia artificial, es el
fundador de "Engines for education",
una organización sin ánimo de lucro que idea alternativas a la educación
tradicional.
Su propuesta está
destinada a subsanar los principales errores de la educación actual, según este
especialista. Entre ellos, destaca la creencia de las escuelas acerca de que el
alumnado tiene interés en aprender los contenidos que ellos han decidido
enseñarle, la consideración del estudio como parte muy importante del proceso
de aprendizaje, el centrarse en evaluar y comparar y el transmitir a los
estudiantes los contenidos que creen que es importante conocer, en vez de lo
que es importante saber hacer.
Las consecuencias de
estos errores son reseñables. Tal como afirma Schank, una vez finalizada la
escolarización del modo en que se enseña en las escuelas en la actualidad, los
resultados son los siguientes:
- La mayor parte de lo
aprendido por los estudiantes (sin contar los aprendizajes básicos de
lectura, escritura y matemáticas), no lo usan nunca en la vida real.
- No saben qué quieren ser
cuando crezcan, en muchos casos, ni siquiera el área al cual se quieren
dedicar.
- Si acceden al mercado
laboral, constatan que carecen de las habilidades que necesitan para su
puesto de trabajo.
- Si optan por continuar con
la formación universitaria, no saben con firmeza qué quieren estudiar.
Saber hacer
Schank sostiene que
para evitar estos resultados, la metodología didáctica adecuada debe basarse en
simulaciones lo más cercanas posibles a la realidad, en las que el alumno
adquiere un papel activo. De este modo, aprende con la práctica, a través de la
realización de pruebas que, en muchos casos, le llevan a cometer errores que le
permiten conocer las consecuencias de sus equivocaciones, su origen y cómo
resolverlas. La idea es conseguir que, a través de la práctica, la educación
prepare a los estudiantes para que sepan hacer las cosas que van a tener que
aplicar a lo largo de su vida, tanto profesional como personal.
Esta vía de
aprendizaje la impulsó con anterioridad el filósofo y pedagogo estadounidense
John Dewey, precursor de la filosofía experimental en pedagogía, que destaca
que lo importante en el proceso educativo es qué "haga el alumno, más que
lo que haga el profesor". Dewey afirma que la actividad suscita el interés
del estudiante y estimula su curiosidad, a la vez que le prepara para adquirir
habilidades y destrezas que le serán de utilidad en su vida diaria de adulto.
Modos de aprendizaje
Para llevar a la
práctica una actividad pedagógica basada en la acción, Roger Schank y otros
especialistas proponen la aplicación de nuevas metodologías didácticas en las
aulas, que reporten a los estudiantes aprendizajes experimentales. Éstas son
algunas de las más destacadas:
- Elaborar actividades que
insten a los estudiantes a usar las habilidades que se desea que
adquieran, bajo la dirección de un mentor que les ayude cuando lo
necesiten.
- Adjudicar a cada alumno un
rol específico dentro de la actividad, de modo que sean conscientes de la
responsabilidad que tienen para que se desarrolle de forma efectiva y
actúen en consecuencia.
- Diseñar el aprendizaje
orientado a fomentar en el estudiante actitudes y valores como la
iniciativa, la creatividad, la disciplina y el compromiso.
- Proporcionar al alumno una
atención personalizada que le dé la oportunidad de potenciar sus
fortalezas y corregir sus debilidades.
- Desechar el aprendizaje
basado en la memorización y repetición y promover el razonamiento y la
experimentación.
- Al diseñar un currículum,
tener en cuenta los intereses y preferencias de los estudiantes.
Texto original de MARTA
VÁZQUEZ-REINA -13 de febrero de 2011- publicado en EROSKI CONSUMER